Tempestad en el cielo - Tecnología militar

 

Militares de la fuerza aerea en conferencia

Por Miguel Angel Flores Manzo
rockerdoom9@gmail.com

  — ¡Hay algo allí! ¡Hay algo allí! — La  escuadrilla de cuatro cazas SU-57 es alertada por uno de los pilotos, gracias a su radar de largo alcance. Sin embargo, las señales son muy difusas y ponen nerviosos los curtidos rusos, al no poder determinar el blanco para sus armas. Lo saben, el pájaro nuevo ronda las alturas y esta vez las cosas van muy en serio; no será un simple juego de países midiendo sus fuerzas con intimidaciones.
  El cielo está despejado de nubes y ante un sol tan brillante nadie puede anticipar la muerte. Nos hallamos en un futuro bastante cercano y los conflictos son siempre los mismos. Los motores NPO  Saturn de los Sukhoi trabajan al ochenta por ciento de su empuje total intentando acortar distancia con el objetivo fantasma. Esa amenaza real conocida, pero que nunca ha sido enfrentada. La supremacía aérea militar es un plato fuerte servido con sangre.
   La baja firma en los radares, gracias a sus materiales y a sus formas poliédricas, convierte en furtivos a los Sukhoi. Aun así, dos misiles vienen hacia los aviones rusos a varios match de velocidad y en segundos otros dos se suman por detrás. Ahora la escuadrilla es el blanco de un cazador impiadoso. Los dispositivos de interferencia electrónica de los Su-57 funcionan de forma eficaz y con leves maniobras los veloces proyectiles pasan sin causar efecto. De todas maneras los pilotos comprenden que están ciegos ante un sendero de trampas y buscan con desesperación en sus radares un objetivo claro. Cuando lo encuentran, contraatacan con una andanada de sus propios misiles, y uno logra derribar un objeto más allá del alcance de la visión humana.
   – ¡Objetivo alcanzado! –Resuena en los intercomunicadores. Semejante lluvia de misiles no podrían arrojar otro resultado. Los rusos no lo saben, solo  han destruido un dron señuelo.
   – ¡Caza enemigo! – grita Dimitri, con una lectura por fin clara de su avanzado radar N035 Irbis. No termina de advertir, cuando el fuselaje de su avión en un punto cercano  al ala derecha se torna rojo incandescente, antes de estallar en miles de fragmentos que alcanzan  a otro de los Sukhoi. Precipitándose de los cielos, el avión de quinta generación ruso, cae con sus matices de grises heridos en su orgullo.
   Con el ala de combate ya devastada, otro de los caza recibe el impacto del rayo laser y se parte con un estallido, lo que produce la huida del avión restante. Una silueta negra de ángulos perfectos surge en el cielo flanqueado por drones. Ahí está el Tempestad  marcando su dominio.
   Este escenario posible (esperemos que no) podría presentarse en un espacio aéreo, de un conflicto futuro. El Tempest es la respuesta del Reino Unido y un grupo de países asociados, a la amenaza rusa de supremacía aérea, y al reciente proyecto de avión de sexta generación denominado F.C.A.S.; donde intervienen Francia, Alemania y España. Casi tres mil millones de dólares se han destinado como puntapié inicial a este ambicioso desarrollo aeronáutico militar. Contratistas como Roll Royce, British Aerospace System y G.N.K. Aerospace, entre varios otros, planean tener operativo este avanzado avión para el año 2035.
   Esta maravilla tendrá inteligencia artificial, modo de vuelo semiautónomo y la aviónica más avanzada de Europa, sumado a sus múltiples sensores y tecnología stealth. El piloto contará con un casco multifuncional, pudiendo controlar el vuelo gracias a la realidad aumentada, como también  dirigir drones desde la aeronave. Se estima que el Tempest portará  armas de energía dirigida y un laser. El avión se adaptará a diferentes tipos de misiones y podrá estar operativo con sus actualizaciones hasta el año 2080. Miren a los cielos, la tempestad pronto arreciará.